Al parecer por fin logré despertar temprano el día de hoy y ponerme a hacer cosas, con la intención de que el día dé para un poco más, porque se estaban yendo demasiado aprisa. Tenía como propósito de Año Nuevo darle un poco más de difusión al blog. Sobretodo para aquellos que dicen no leerme por no tener Facebook. Bueno, pues ya hay una de esas cosas, que no he hecho muy a gusto si he de confesar. Así que para los que quieran seguir las actualizaciones de ese modo, ya pueden hacerlo. En este link: Facebook Zarawitta. Eso sí, será absolutamente del blog y no personal, porque eso es lo que no me agrada de la dichosa herramienta. Ya veremos cómo se me va dando.
Ahora a los mercados que tanto me gustan. Primero mencionar que este tipo de mercados de los que hablo son los que se ponen y se quitan, se llaman tianguis (palabra náhuatl para mercado). Yo siempre digo tianguis, pero bueno mercados para que se entienda, ja.
Una de las entradas que más he disfrutado, y que más visitas tiene, es la que escribí a finales del 2010 sobre "Mercados de México y sus comidas". Así que al parecer no soy la única interesada y por lo tanto esta segunda parte.
Comienzo con una de las dos frutas que tenía pendientes. La segunda la publicaré como una entrada a parte y se los dejo ahí. Hoy el chico zapote. Es una de mis frutas favoritas y es difícil lograr comerse uno perfecto, pero la búsqueda vale la pena. Lo mejor es que es una fruta 100% mexicana. Dato curioso es que de la semilla de esta fruta se obtiene una sustancia que pude servir para producir chicle (goma de mascar).
En los mercados encontramos, a parte de mucha comida, flores. Flores como las Nochebuenas que ven abajo. Es divertido que cuando estaba en 3º o 4º año de primaria tuve que hacer un trabajo con temática libre. Ahí va Itzel con su mamá pensando en el lindo trabajo de hablar en la clase de conversación de inglés sobre las Nochebuenas. Preguntamos al universo entero porque nadie sabía cómo se llamaban en inglés. El cuento acabó en que se llaman, ahora muy conocidamente, Ponsetias, en honor a un embajador de Estados Unidos que vivió en México y llevó la flor para allá.
Pasemos a la comida. Sí, la comida. En primer lugar presentamos los huaraches. Un puesto de comida especializado en huaraches tiene: su parrilla, sus cubetas de salsa roja y verde, bote de queso, bote de crema, bote de cebolla picada y uno más de lechuga. Ahora como ven abajo: tortilla plana alargada, que mezclados en la masa podría o debería llevar frijoles, a la que se le unta, básicamente, salsa, crema, queso, cebolla y lechuga. Puede llevar nopales en lugar de lechuga.
En los mercados de México casi siempre encontramos un puesto donde nos venden quesos frescos, de canasta o tipo Oaxaca (al que en la ciudad de Oaxaca le llaman "quesillo"), por ejemplo. En ellos venden crema ácida con sus respectivas tostadas. Algunos incluyen la venta de huevos y ate (membrillo).
Los puestos de carne, pescado y pollo son clásicos. ¿Qué sería de un mercado sin su puesto de chicharrón? Como el que vemos en la primera imagen de abajo. ¿Se les antoja una pancita? ¿Qué tal una longaniza o cecina, como las del final?
Mi puesto favorito del planeta: Las quesadillas de Mary*. Tengo muchos, demasiados, años yendo aquí y seguiré, he dicho. Quesadillas, sopes y pambazos. Pambazos no grasosos, son esos panes que se ven pasados por una salsa de chile y asados, estos sólo rellenos de papa y junto con lechuga, crema y queso, ¡bueno qué hambre! Quesadillas de hongos, huitlacoche, flor de calabaza, pollo, carne, requesón, rajas de chile poblano, etc. Más abajo se ve mi deliciosa quesadilla, los refrescos, los botes de salsa y los guacamoles.
*Las quesadillas de Mary están en el mercado (tianguis) de jueves y domingos en Av. López Mateos a la altura de Mundo E en Tlalnepantla, Estado de México. |
Me encantan los puestos de frutas y verduras y es que hay taaaanto. Enumeremos: chiles poblanos; cebollas muy frescas; puesto de frutas y verduras. Más abajo vemos chayotes con espinas y junto nopales, chilacayotas y habas frescas (vendidas por unidad, es decir por tamaño de lata de sardinas), junto están los rábanos, las coles y unos aguacates. Finalmente nopales con espinas, elotes y ajos y muchos rojos jitomates.
El amable señor de abajo es el afilador. Aún pasan por afuera de las casas con su muy particular silbato, afilando cuchillos y tijeras. Aquí lo vemos afilando el artilugio para cortar la carne y dejarla bien picada para los tacos. Muy amablemente me dejó sacarle las fotos, con la promesa de contar sobre su oficio, en el que cada vez quedan menos.
Finalmente los juguetes. En algunos lugares del país aún encontramos estos juguetes. Como hay muchos, menciono sólo las escaleritas, los luchadores y las resorteras. El punto es que tengo de moda el balero, por eso es el que ven abajo. Desde que llegué a México estuve jugando con uno, así que no me resistí y ahora en mi mesa de los juguetes junto a la tablita y la muñeca de trapo y trenzas negras hay un balero rojo.
Dice el libro que estoy leyendo (Hierba Santa) que Frida Kahlo le regaló a Diego un carrito rojo de madera como símbolo de su amor...
3 comentarios:
Qué maravilla de mercado!
Un beso!
Qué flores maravillosas...aquí no tenemos esos mercados divinos...
Chicas,
muuuchas gracias... y si tienen unos lindos mercados, sólo diferentes. ¡Me encantaría que los conocieran!
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