Hay tanto que ver y decir de Lisboa que me resulta imposible pensar por dónde empezar a contarles sobre este nuevo viaje. Estuve ocho largos días, de domingo a domingo. NLE me alcanzó los últimos tres. Los primeros días estuve en la escuela de verano de la Asociación Europea de Sociología. 23 estudiantes de 20 países diferentes, todos estudiando en Europa y a excepción de una niña brasileña estudiando en Ámsterdam y de mí, todos europeos. Lo cual siempre es interesante y me gusta aprender cosas sobre sus países que no aparecen en las guías, mapas o monografías. A pesar del Internet los usos y costumbres siguen siendo muy personales.
Comencemos entonces por algunos puntos que hay que conocer:
Belém
Para llegar a esta ciudad, que está a unos 20-25 minutos de Lisboa, hay que tomar el tram número 15E o el autobús que pasa por la Praça de Comercio rumbo a Belém. Yo tomé uno de ida y el otro de regreso y votaría por el autobús. La tarjeta de metro de 5€ dura todo un día y es muy útil para ir y venir.
En Belém hay que ver el Monasterio de los Jerónimos, incluyendo la iglesia, el Monumento al descubrimiento y Vasco da Gama y sobre todo la Torre de Belém. También hay que probar los pasteles de Belém, que saben como a arroz con leche, muy buenos. Aunque si hay mucha fila se pueden probar unos muy buenos en el café A Brasileira en Lisboa, del que hablaré en el siguiente post.
Costa de Caparica
Si quieren ir a la playa esta es la más cercana. Aunque creo que no es recomendable ir en fin de semana de verano, yo fui un miércoles y el regreso fue un poco lento y complicado. La playa es grande y bonita, "limpia" dentro de lo que cabe y el mar bastante más azul de lo que imaginaba. Eso sí, el agua bastante fría. Y eso que yo digo que me gusta el agua fría. Para llegar se puede ir en autobús o en tren, el autobús cuesta algo así como 3€.
Es una playa donde se puede surfear por el oleaje, por lo que no es lo mejor para nadar. Es muy buena para tomarse una cerveza "Super Bock" obscura y unos típicos altramuces de botana (¡por 2€!).
Mãe d´ Água das Amoreiras
Un poco perdido dentro de Lisboa quedó este final de acueducto. Está a unos pasos del metro Rato y con credencial de estudiante cuesta 1€, de otro modo 2€. Es una construcción de finales del S. XIX, que tiene 7 metros de profundidad y muchos de alto, cuenta con un mirador y es una especie de centro de exposiciones. Compilaba el agua que venía del acueducto principal de la ciudad y tiene capacidad para algo más de cinco mil metros cúbicos de agua.
Es un lugar que no es común visitar, pero yo puedo decir que me encantó; y bajar caminando, largo camino, hasta el Chiado, es una buena forma de conocer Lisboa. Junto con Adi conocí parques, tiendas de diseño y pequeños rincones perdidos de Lisboa.
Así que ya les contaré más de esta ciudad en el segundo y/o tercer post. Ahora me voy a seguir festejando mi cumple en el Poncelet Cheese Bar. Así que hoy me felicito a mí misma.
2 comentarios:
Feliz cumpleaños! Disfrutalo...
Saludos desde Cuernavaca
¡¡Muchas gracias!!
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