Ahora sí por fin me siento a escribir, aunque no confíen demasiado porque mis ideas no distinguen aún entre presente, pasado y futuro. Fueron nueve días de viaje y 13 lugares, entre pueblos y ciudades. Así que comencemos por el primer día para no perdernos. La zona de la Rioja a la que volvimos en el #SpainRoadTrip2012 fue a Ábalos.
Ábalos está a unos 30 minutos de Logroño, el cual también visitamos y que es Capital española de la gastronomía 2012. Ábalos tiene la parroquia de San Esteban que es linda y antigua. Es un lugar muy pequeñito, oficialmente tiene 364 habitantes y 18 km2. En la zona están algunas de las bodegas de vino más antiguas de La Rioja y se pueden visitar algunos lugares escondidos, donde están las piedras en donde se procesaba la uva, como Las Abejas.
En Ábalos visitamos la Bodega Eguíluz y como siempre nos consintieron mucho. Para más información de estos vinos en México aquí: www.vinoseguiluz.com.mx.
Como ya saben prácticamente no como carne, pero eso a veces se vuelve complicado y como no es vegetarianismo estricto a veces hago excepciones en lugar de morir de hambre o de pena. Así que esta vez hubo cordero y la verdad estaba muy bueno, probé el chorizo y bueno qué decir del vino. Así empezó un viaje de comida.
Los paisajes de la zona son impresionantes. En especial los viñedos con vistas a la sierra, que es sobre todo rocosa. Las uvas son muy fotogénicas y aun así me costó poner las fotitos que más valieran la pena.
Como suele pasar en estos viajes maratónicos a veces uno se atrasa, así que en Logroño estuvimos poco tiempo. Aunque lo suficiente para recorrer lo principal. El centro tiene la Concatedral de Santa María que tiene un cuadro de Miguel Ángel, por cierto me acabo de enterar que existen las concatedrales y que son dos catedrales que comparten un obispo.
También en Logroño están el puente de piedra y los Palacetes del Espolón, mismo nombre que lleva la plaza principal. Para mi mala suerte y por el tiempo ya no comimos nada, pero con lo que habíamos probado ya no me quisieron llevar a tapear.
En los viñedos fue diferente y divertido poder probar una uva directo de la vid, saben diferente, menos dulces tal vez. Aquí encontré una pequeña libélula, me gusta la foto porque parece que se aferra a la planta para que el aire no se la lleve.
Ábalos y Logroño están a unas 4 horas de Madrid, sobrellevables sin problema aún cuando viajamos siete adultos en una camioneta que casi no tenía cajuela con equipaje para nueve días. De Logroño a Vitoria no es más de una hora, claro cuando traes un buen mapa, conoces el camino o tu GPS está bien programado, nosotros hicimos un poco más.
Finalmente y antes de ir a Vitoria y alrededores, unas uvas de esas que no fueron las seleccionadas para el vino y que quedan olvidadas, pero que al menos a mí me gustaron en la tierra.