Hace ya varios, bueno, muchos días que llegamos a México. Seguimos nómadas con ideas de búsqueda de casa. Sabemos que será en enero, pero buscar es obsesivo. La ciudad se ve más grande cuando estás tratando de decidir en dónde vivir.
No había dejado de escribir en el blog por tanto tiempo en sus tres años y algo de existencia. Supongo que así son las cosas con los cambios, después de todo por otro mayúsculo fue por lo que nació este espacio.
En fin, mientras este cambio decide ser y que las fiestas de Navidad y Año Nuevo se atraviesen mejor sigo de viaje, al menos mentalmente. Como le dije a NLE, ¿y si vendemos todo (poco sería) y nos vamos de viaje otra vez?
No sé por qué empecé a escribir de Chicago saltándome Holanda, pero ustedes disculparán y ya antes del fin de año, espero, escribiré sobre Holanda.
A Chicago llegamos el 7 de octubre. Ese día en la mañana nos despedimos de Madrid. RIV nos acompañó al aeropuerto y escribió sobre ello... y Va. y Fer fueron junto con Chispa: terminaron las despedidas y comenzaron los "extrañamientos".
Sobre Chicago comienzo desde el Aeropuerto de O´Hare con los tips: lleven cambio porque las máquinas del tren que va al centro sólo aceptan billetes de 5usd, o sea gracias... un show verdadero conseguir cambio. (Aunque aceptan tarjeta de crédito.) El tren hace unos 45 minutos, es un camino largo después de ocho horas de vuelo. Llegamos al HI (Hostelling International), comos siempre buscado por HostelWorld, que nunca miente; hay otras buenas opciones en Trivago, no la había usado antes, pero funciona bastante bien para comparar hoteles.
Así que así se ve Chicago un día por la mañana. Por cierto, era la semana del maratón: impresionante la cantidad de gente y sobre todo la cantidad de seguridad. En la ciudad estuvimos poco, sólo tres noches, pero, como siempre, en nuestras visitas maratónicas conocimos casi todo lo conocible.
Es una ciudad que realmente no me esperaba, no sabía qué iba a encontrarme y me soprendió para bien. Es caminable, tiene comida, arte y jazz, cosa que nos faltó y habrá que volver. Volaris está yendo a Chicago y al parecer está bastante bien de precio, sobre todo si son obsesivos con la búsqueda.
No nos tocó frío, sólo en las mañanas y un poco en las noches, pero tuvimos un maravilloso clima como casi en todos lados. Pizzaaaaa, pan pizza, deliciosa pizza que se me antojó aunque acabo de desayunar. Comimos dos veces en Giordano´s, muy, muy, muy recomendable.
Entre esas muchas cosas destacables de la ciudad está el Art Institute, el cual en verdad no hay que perderse, con sus adorables leones en la puerta: escultura antigua; Magritte; Hopper (que no estaba y NLE sólo la persigue y no la encuentra); y una de mis favoritas del museo: "The Lost Pleiade" de Randolph Rogers. El cabello es impresionante.
Otro de los highlights de la ciudad, aún reciente en teoría, es el Millenium Park. En donde encontramos el el Teatro Pritzker de Frank Gehry, el mismo que hizo el Guggenheim de Bilbao, y donde también está la Cloud Gate (puerta a las nubes), más conocido como The bean, de Anish Kapoor, quien hizo las "bolitas" que están afuera del mismo Guggenheim.
La Cloud Gate es taaannn fotografiableeee. Algo tan simple y tan complicado de lograr, ahora se ha vuelto uno de los mayores puntos a visitar de la ciudad, casi al nivel de los rascacielos.
Sobre los rascacielos, creo que lo que más se disfruta al caminar entre ellos es el reflejo de unos sobre otros y sobre el río. Como dato curioso la famosa Torre Sears, ahora Torre Willis, fue recientemente desbancada como el edificio más alto de los Estados Unidos por la nueva torre que se construyó en el sitio en donde estaban las Torres Gemelas.
En Chicago, como decía, estuvimos poco porque el resto de nuestra primera parada en EEUU fue en Wheeling, Illinois. Ahí, a unos 40 minutos del centro de Chicago, estaba el hotel en donde fue el congreso sobre "Emerging Adulthood", razón de la visita a la ciudad. El congreso me gustó, eso no pasa tan seguido, para mí el problema de los congresos es que hay de todo y al final la organización cuenta casi tanto como las ponencias.
En Chicago, como en otras ciudades, hay música en las calles. Buena música, saxofones y tambores de cubeta tipo Stomp, por ejemplo. También se encuentran iglesias que vale la pena conocer, como la Holly Name Cahthedal o la Catedral anglicana, a donde fue Lincoln a misa, St. James Cathedral. Toda la gente fue impresionantemente amable, el hombre que nos ayudó a subir mi maleta en las escaleras del metro o el señor que nos explicó la historia de su iglesia (St. James), sólo por el gusto.
Chicago ofrece su impresionante lago, sus puentes y túneles, edificios de todo tipo, comida, pizza, jazz, ofrece también una pequeña playa, un centro donde comer langosta y edificios clásicos como el del Chicago Tribune. Ofrece paseos por su río, fuentes y vistas, ofrece un "bean" y tiendas a los que les gusta comprar, museos de arte y de ciencias naturales, y, claro, deportes como el baseball y el basquetball, y hasta un bonito estadio de futbol.
PD Viajar con muuuyyy poco dinero es posible, sólo no hay que tener en dónde vivir...y mucha obsesión.