Tenía muchas, muchas ganas de ir a Aveiro. Sus pequeños canales y sus barcos típicos de los pescadores sobre ellos eran como un lugar "must to see" cerca de Oporto. Ciudad que por cierto es completamente diferente a la que conocimos en diciembre del 2010 (ver aquí y aquí), para empezar con el sol y el clima de verano, y después porque en tres años la ciudad tiene mucho más turismo, movimiento y modernidades.
Aveiro no era lo que esperaba, supongo que porque lo elevé demasiado. No quiero decir que no valga la pena o que no me haya gustado. Es una pequeña, muy pequeña ciudad a la que se llega en el tren suburbano de Oporto por 7.2€ ida y vuelta, y en una hora. Que tiene varias iglesias bonitas, y un centro histórico bastante simpático (en el sentido real no en el sarcástico).
Lo que realmente me sorprendió es la Costa Nova y alrededores. Sus playas de arena blanca y dunas, muy bien conservadas, aunque con mucho aire, me encantaron, están increíbles. Son un excelente complemento para ver las casas de colores, las cuales también están siendo rescatadas, y eran así hace ya muchas décadas.
Les dejo algunas fotos, abajo la clásica de los imánes para "refri". Yo, no es que tenga demasiado que hacer, es que tengo MUCHO DEMASIADO que hacer y me está siendo muy complicado concentrarme con tantas ideas y cambios, yendo y viniendo.
Porto definitivamente debe de visitarse.
Más de la ciudad en los próximos días, incluyendo la Fundación Serralves. Por ahora los dejo en la playa.